Correr diariamente es una actividad que puede tener una influencia satisfactoria sobre muchas funciones de nuestro cuerpo y en nuestra salud. El esfuerzo cardiovascular sostenido es una de las claves de la salud física, si somos capaces de mantener una rutina diaria y correr unos tres o cuatro kilómetros al día, nuestro bienestar físico mejorará y conseguiremos prolongar nuestra vida. Por un lado, el riesgo de padecer un ataque cardiaco disminuirá en un 20 por ciento, y por otro, correr se trata de uno de los mejores tranquilizantes naturales. Correr, ya sea en cinta o al aire libre, es uno de los deportes más agradables y saludables y, sin duda, el más barato.
Beneficios de correr para algunas funciones corporales
La circulación sanguínea: Al correr, gran parte de nuestros órganos y tejidos se drenarán de sangre. Después, durante la recuperación, arterias y venas sufrirán un proceso de dilatación para poder llevar un volumen de sangre mayor y permitir una recuperación más rápida al poder llevar más sangre a aquellos órganos que la necesiten. Por otro lado, las paredes del corazón y los ventrículos aumentarán de tamaño, en pocas palabras, tendremos un corazón más grande que hará llegar más sangre a los pulmones con cada latido, disminuyendo nuestro ritmo cardiaco hasta un veinte por ciento cuando estemos en reposo.
El equilibrio electrolítico: Por un lado, el hecho de correr provocará que sudemos perdiendo el exceso de electrolitos, los electrolitos son substancias que, cuando se disuelven en el agua de las células del cuerpo, se dividen en partículas más pequeñas con carga eléctrica, su papel es fundamental a la hora de mantener el equilibrio de los fluidos en las células para que éstas funcionen de forma correcta. Por otro lado, los riñones sufrirán un mayor aporte sanguíneo, favoreciendo su correcto funcionamiento y disminuyendo el riesgo de sufrir deficiencias urinarias.
Las hormonas: Cuando se corre a un ritmo alto, nuestro organismo es capaz de generar más hormonas del crecimiento, favoreciendo el desarrollo de los músculos y la descomposición de las grasas. Además, suele aumentar el nivel en sangre de tiroxina, una hormona tiroidea que se encarga de facilitar la síntesis de las proteínas y de aumentar la producción de mitocondrias.
El sistema inmunitario: Aunque después de un gran esfuerzo físico nuestro sistema inmunitario está más débil, correr diariamente hará que nuestro éste se fortalezca aumentando nuestra resistencia a las infecciones.
El nivel de grasa corporal: Según ya he mencionado, al correr quemaremos grasas disminuyendo su porcentaje en nuestro cuerpo. Es poe ello por lo que el cuerpo de los corredores suele ser delgado, esbelto y estético.
Beneficios de correr para algunas partes del cuerpo
Los músculos: Al correr de forma frecuente conseguiremos estimular las células musculares para que eliminen grasas, se incrementará el número de enzimas aeróbicas, habrá más vasos sanguíneos que suministren sangre a los músculos y, como ya he mencionado anteriormente, aumentará la cantidad de mitocondrias.
Las articulaciones: Las articulaciones se encontrarán más flexibles y lubricadas. Obviamente correr será perjudicial para las articulaciones si estás sufren alguna lesión o enfermedad.
Los huesos: Si corremos diariamente el grosor de los huesos de nuestras piernas y pies aumentará. Como efecto negativo cabe decir que si corremos más de ochenta kilómetros semanales puede ocurrir que nuestra columna vertebral pierda volumen, por lo que deberemos trabajar en el fortalecimiento de esta zona.
El cerebro: No sólo deportes como el ajedrez son buenos para el cerebro; correr, al igual que cualquier ejercicio físico, hará que la glándula pituitaria y el hipotálamo liberen endorfinas, incentivando y aumentando las sensaciones de placer, de alegría, de bienestar y hasta de euforia.
Los pulmones: Mejorará el funcionamiento de los músculos respiratorios, como el diafragma, aumentando la capacidad respiratoria y pulmonar.
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